martes, 27 de diciembre de 2011

Yonsi.

He estado un tiempo sin escribir comparando con mi habitual costumbre de actualizar esto diariamente pero, he tenido razón de peso. Y es por ese mismo móvil que escribo hoy esto. Ella estuvo en la familia antes que yo. Ahora, desde el sábado 24 de diciembre tengo que continuar sola sin ella. De pequeña ella solía sentarse debajo del carrito para vigilar que no me pasase nada. La falló el sistema nervioso. Me desperté con sus gemidos y lloros. Mis padres gritaban para darse prisa. No quise bajar, no quería verlo. Así que me volví a dormir. Cuando me desperté, mi hermano me dijo que se la habían llevado al veterinario. Y supe que no iba a volver. No me pude despedir pero era superior a mi verla convulsionándose y retorciéndose de dolor y vaciándose. Mi padre pidió que por favor la diesen la inyección. Ya lo dijo hace unas semanas, "no, que sufra no. Eso no."
Y cada vez que vuelvo a casa sola, y veo que no está ella esperando que la ayudemos, me brotan las lágrimas y rompo a llorar. Supongo que es normal. Y que a todos nos va a llegar.
La muerte igualatoria. Da igual que creyente que no. Da igual tu raza. Da igual tu situación económica. Da igual tus preferencias políticas. Da igual tu edad. Da igual tu sexo. Da igual tu nacionalidad. Da igual de donde vienes. Da igual quien eres. 
Da igual hombre que animal.



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