viernes, 30 de diciembre de 2011

Mackie

Ninguna de las cosas que él pretendía haberse llevado había desaparecido. Volvían a mí como las olas a la orilla, felices y asustadas y curiosas y llenas de esperanza y de vida. Se levantaban y llenaban mi pecho, hasta que me sentí demasiado henchido de todas ellas para respirar incluso. No podía estar más agradecido.
Eso era el amor. Había pasado toda mi vida convencido de que yo estaba más allá del amor, al margen de él... pero el amor era eso, lo había sido desde el principio, y de pronto me di cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario