Te quiero. Son dos palabras usadas con una gran frecuencia en la lengua hispana. Te amo, tanto de lo mismo. Significan más, lo máximo. Yo pienso que tiene una sonoridad fea. A pesar de que te quiero es algo más común, más normal, que se dice hasta a amigos; te amo suena aburrido, simple. Monótono. Querer es más jovial, más vivaz, joven, lleno de energía y con ganas de más. Amar es cosa de mayores, de perder la chispa, de dar por sentado, de dejar los detalles a un lado. De olvidar. De dejar pasar y no hacer nada por cambiar.
En teoría amar es más fuerte, más intenso, más real. ¿Qué más da? Si ambas se quedan cortas en realidad. Lo que todos queremos decir en dos palabras es demasiado como para que no sea inefable. ¿No me crees? Intenta decir en dos palabras:
Hola, cada vez que pienso en verte mi corazón hace pum-pum como si fuese un eterno redoble de tambor. Cada vez que estás cerca me pongo nerviosa y no sé qué decir para llamar tu atención. Cada vez que vienes, tengo mil mariposas que, tengo por seguro, no me he tragado y no estaban ahí antes, que revolotean sin cesar. Que podría reconocerte a distancia. Que me sé tu olor de memoria. Que de recuerdos tuyos saco más de una sonrisa diaria. Cada vez que te inclinas a besarme mi corazón vuelve a hacer pumpumpumpumpum mucho más deprisa. Si me pusieses una aguja, la destrozaría. Cada vez que me abrazas no quiero que me sueltes, que es tu voz y solo la tuya la que quiero oír al coger el teléfono y es tu tacto, solo tu tacto el que quiero sentir contra mi piel. Podría pasar horas estudiando tu fisionomía, recordando tus expresiones y memorizando tus facciones. Que cada vez que pienso que te vas tengo miedo de que no vuelvas. Que con solo pensar que puede que un día decidas marcharte me dan ganas de encerrarme y no volver a salir. Cada cosa que me digas me hace delirar, reír y cantar. Con solo pensar lo increíble que es que estés aquí y seas todo para mí, pienso que estoy en coma o en un sueño eterno. Que eres por lo que me levanto cada día y pienso que merece la pena. Que cuando discutimos me duele el miocardio, se vacía. Con solo pensar de perderte daría la vuelta al globo para encontrarte. Que no quiero hacerte jamás sufrir, y no quiero olvidarte nunca ni dejar que esto se pase. Y, diría, "resumiendo" ,pero es imposible (cada vez añado más cosas que se me ocurren por esa impotencia de no poder dar todo el énfasis que quisiera), que eres quien da importancia a los pequeños detalles, quien hace que todo sea quizás un lugar mejor. Que porque tú estés yo pienso que ya merece la pena seguir. Y que jamás, jamás, jamás voy a abandonarte a tu suerte.
En realidad, sencillamente, que eres tan fantástico por cómo soy yo cuando estoy contigo, soy distinta. Soy, no sé, ¿feliz? Así lo llaman ahora.
¿Y bien? ¿No se sigue quedando corto un te quiero y un te amo? Porque podría seguir para demostrar que estoy en lo cierto.