lunes, 12 de marzo de 2012

Sueño, soñador.

En ese campo azabache, camino caminante, con connotaciones de alma danzante. Intenso placer delirante, ella me ilumina esperanzante. Pedacitos de materia brillantes, recojo y guardo, aparentemente maleante. Camino, caminante con aire triunfador, me siento viva y en todo mi esplendor.  A buen recaudo guardo con temor, los diamantes que una vez un dueño atesoró. 
Camino, caminante consciente de lo que son, sueños y deseos que alguien formulo. Esperanzas y proyectos de alguien que desistió. Y futuros y promesas para alguien que empezó.
Camino, caminante los siembro cual flor. Quiero una cosecha, una cosecha de amor. Una recolección de sentimientos, todos buenos y de corazón. Quiero tener los sueños que otro desechó. Quiero tener los sueños que otro soñó. 
Camino, caminante regalo los que en su momento no se intentó. Se los regalo a aquellos que tienen temor. Se los obsequio a aquellos que viven en prisión. Ya sea de libertad o de dolor. 
Camino, caminante me quedo aquellos que nadie empezó. Intento soñar, aquello de lo que se me privó. Relleno el vacío con ilusiones que otro esperó. Quiero recuperar aquello que se perdió. 
Sueño de ajenos, esperanzas de algo prometedor. Vivo del resto, de su escapatoria del dolor. Robo sus estrellas, puestas en colección. A lo largo del firmamento en su manto que ya oscureció.
Relleno el corazón con alegrías que otro depositó, pero los parches no son más que una selección. Solo busco aquello que se me extravió. Busco mi sueño, mi vida y mi amor.


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