domingo, 26 de febrero de 2012

Fumarse la vida

Y, a pesar de todo, aquí estoy. Cigarrillo en mano, cenizas a un lado. Combustión de la vida. Me absorbe el humo con sus sinuosas formas. Me hipnotiza. Quiero que con cada inhalación me entre dicha. Quiero que al exhalar salga la pena, la melancolía. Aspiro fuerte, se vuelve rojo incandescente, cierro los ojos. Lo dejo dentro de mi. No quiero que se vaya, aún no. Quédate, quédate conmigo. No aguanto mas. Lo suelto. Baila frente mis ojos. Burlándose de mi. La alegría es efímera y en cualquier momento has de dejarla ir. Y lo único que nos quedará son los restos de la combustión, las cenizas de la pasión.

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