domingo, 11 de diciembre de 2011

We are bad in every single way.

<<Los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar.>>
Como Nicolás Maquiavelo defendía, todos somos malos. La naturaleza del ser humano no es buena. Si podemos pisar a alguien por el camino, aunque no sea necesario, lo haremos. 
Bien, parto de un pensamiento similar. La única diferencia es que todos tenemos en nuestro interior el bien y el mal. Depende de nosotros cual de ambas preferimos potenciar. La maldad es más sencilla, pues está diseñada para atraer más que la bondad. Es más fácil preocuparse de uno mismo antes que del resto o de las consecuencias que nuestros actos pueden tener sobre los demás. Y no, no siempre los malos serán castigados. El karma no siempre actúa.
Por lo cual decir, que así como el hombre juzga antes por la imagen que por la inteligencia pues no siempre sabe comprender lo que ve, quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar. Es decir, que siempre miraremos superficialmente antes que profundizar, es inevitable. Y que si hay maldad, es porque la bondad no sabe defenderse y porque quienes son afectados, no devuelven el golpe. De no ser porque hay gente que se traga todo y sigue siendo buena, nos acabaríamos matando entre nosotros.
Esta entrada no tiene más que una reflexión que acabo de tener ahora. He concluido con que, de no ser por unos pocos (como es habitual), el ser humano se destruiría entre miembros de la misma especie y, a pesar de ser un ser social, que necesita la interacción con otros para su pleno desarrollo, se permite el lujo de despreocuparse del resto para mirar solo por su propio beneficio. Quisiera creer que no somos malos pero la evidencia afirma el hecho.

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