Y, tras ver la Pasión de Cristo (el trozo que he visto). Decido que sí, mi teoría de que el ser humano es la maldad en puro estado es cierta. Tras adorar al que nos venía a salvar, le quieren condenar y exigen que le hagan crucificar. El ya sabía como iba todo a terminar, fue mandado para salvar todas las vidas pasadas, presentes y futuras con su muerte. Saldar una deuda. No me malinterpretéis, no defiendo la teoría cristiana. Utilizo este ejemplo como demostración de que la gente, en masa, sigue a cualquier líder que sepa imponer orden. O eso vean ellos en él. Exigen algo que ni siquiera saben lo que conlleva, y al igual que mientras era Jesús castigado, no son capaces de mirar las consecuencias de sus actos y se marchan ya sabéis, ojos que no ven corazón que no siente.
Se disfruta la desgracia, en casos más extremos, la violencia. La miseria ajena puede ser de nuestro deleite. Nos regocijamos en el dolor ajeno. No tanto físico como psíquico. ¿Acaso no todos queremos putear a alguien que nos haya molestado? Ojo por ojo, diente por diente.
Ojo por ojo, el mundo acabará ciego.
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