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• D.: olaaaaaaaaa
• Yo: no, no quiero comprarle nada
• D.: no señorita esta vez se me han agotado los productos
• Yo: entonces que quiere?
• D.: me preguntaba si tenia novio y si la apeteceria tomar algo conmigo algun dia
• Yo: no me conoce de nada!
• D.: eso es un si?
• Yo: he dicho que resulta que es un perfecto desconocido y no entiendo el afán de dicha acción
• D.: bueno es usted una señorita muy agraciada y perdone mi atrevimiento pero me gustaria que me diera una oportunidad
• Yo: Pero le irá con el cuento a muchas otras, no puedo tolerar ser una más. En cualquier caso, deme un motivo, pruebe usted que merece la oportunidad.
• D.: soy un ilustrado de buena familia un perfecto caballero y ademas en edad casadera
• la aseguro que nadie me ha causado la impresion que usted me ha causado
• y jamas me atreveria a hablar asi a una señorita pero la luz que irradia su belleza me ha nublado el juicio por unos momentos
• Yo: comprendo. Entienda usted sin embargo, que dichas cosas son faciles de decir y no de probar. Eso puede decir a la anterior y la anterior formando una mera sucesion hasta llegar a este lugar. Digame pues, ¿que sacaria yo de tal cosa como es el concederle una tarde de mis dias a un perfecto aleatorio que se ha dejado caer por aqui?
• D.: bueno la aseguro que si me da la oportunidad espero hacerla muy feliz y espero tambien ser merecedor de toda su confianza
• Yo: siento decirle que estoy ocupada, y permitame poner en duda la posibilidad de que usted le supere a él
• D.: y quien es ese hombre tan afortunado?
• Yo: Ah usted no le conoce, pero lo hará, dentro de unos años su fama será mundial. Si oye usted hablar de un tal D., sepa usted que es el responsable de que lo nuestro no funcione, ni me plantee la posibilidad