<<Solo cuando no te queda nada, eres libre de hacer cualquier cosa.>>
Eso dicen. Solo al no tener nada, eres libre para hacerlo todo. Pero, el problema es que quizás precisamente, eso que quieras, es aquello que perdiste. Cuando no te pueden quitar nada, tampoco tienes qué defender, por qué esforzarte.
La libertad consiste en perder toda esperanza. Puede que así sea, ya que, una vez no tienes expectativas, no estás atado a ningún tipo de creencia ni ciega fe la cual condiciona tus actos indirectamente pues, no vas a hacer algo en contra de tus principios o afirmaciones. A menos que seas una persona cínica, tus actos van a ser consecuentes con tus valores morales, tu ética y tu consideración de qué es correcto y qué no. También es un factor a tener en cuenta el hecho de que, necesitamos algo en lo que apoyarnos, una base, un compás sobre el cual seguir. Partidarios de que cuando no te importa nada, lo podrás conseguir todo no están del todo en lo cierto. Sin metas, estamos perdidos. ¿Para qué vivimos? Es evidente que necesitamos un objetivo en nuestra vida, algo por lo que esforzarnos cada día y que merezca la pena el esfuerzo continuo y constante. Si ganases la lotería, ¿dejarías de trabajar? Es una manera de ejemplificar lo que pretendo decir. A esa pregunta, yo siempre respondo y responderé lo mismo "no", entonces viene el ¿por qué? Pues sólo por el hecho de que quiero sentirme útil y con sentido. Mirando a todas aquellas personas que desde jóvenes lo tienen todo, son guapos, ricos y famosos; no puedo evitar sentir cierta pena por ellos. Puesto que finalmente, se terminan aburriendo, sus vidas terminan descarriladas. Necesitamos una meta, una línea final la cual, tras cruzar, podamos mirar atrás y sentirnos orgullosos del trabajo realizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario